sábado, 14 de noviembre de 2009

2012

El director Roland Emmerich ha intentado de muchas formas destruir el mundo, primero fue con soldados descontrolados, luego extraterrestres, una iguana gigante, el clima y ahora conspira con toda una elaborada receta cósmica.
Este es un director de gusto adquirido, con una inconfundible firma de trabajo que hemos ido asimilando con los años: eventos improbables, situaciones desproporcionada y mucho espíritu humano de lucha.
Esta cinta es sin duda la cereza del pastel en cuanto a exageraciones y situaciones “emmerichianas” en el celuloide, llevo años que no me carcajeaba tanto con las cargadas líneas de eventos.
Me encantaron los efectos, son una mescolanza sabrosa no apta para epilépticos, pero debo criticar el hecho que los personajes subían a un auto, luego a un avión, luego retornaban a otro auto, luego a otro avión y finalmente a otro auto, es decir, se volvió circular el recurso.
Otra cosa que me pareció forzado del guión era como los protagonistas estaban en el lugar y momento indicado de los principales hechos, con personajes secundarios el mensaje hubiera llegado igual de claro.
Danny Glover, como el segundo presidente afro-americano enfrentando al fin del mundo, después de Morgan Freeman en Deep Impact me pareció un gran detalle, y la breve aparición de Woody Harrelson es divertidísima, los chistes con doble mensaje social a lo largo del metraje me encantaron. John Cusack hace años que perdió su capacidad histriónica y nadie ha tenido el valor para decírselo.
Es súper entretenida si vas con la consigna de que se mirará una producción muy "Emmerich", de esa forma la pasaras de maravilla. Para mí fue bastante cansina por la duración, más de dos horas. Entre amigos se vuelve jocosa.
En síntesis: se deja ver, 2 Chompipes.


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8 comentarios:

KagosaVampire dijo...

Vería esta peli solo por los efectos especiales... de ahi no creo que lo demás valga la pena

wílliam venegas segura dijo...

Que me perdonen mis lectores, por lo menos los más exigentes, pero desde hace mucho no me entretengo con una película mala como me pasó con la película de desastres 2012 (2009), dirigida por el más atrevido director de este tipo de cine: Roland Emmerich.
Esta cinta nos advierte sobre algo de lo que ya estamos advertidos por nuestros mayas (no los de Mel Gibson en su cinta desechable): el fin del mundo.
Roland Emmerich (director y guionista) tiene la habilidad de sostenernos en la butaca a puros efectos visuales, con muy poca trama y muy tonta. Así, este realizador se esfuerza en recuperar para la pantalla grande el llamado cine de desastres o de catástrofes (disaster movie), ahora absolutamente exagerado con las posibilidades que brinda la tecnología.
Por supuesto, 2012 nunca tendrá la importancia de otra cinta “catastrófica” como El fin del mundo (1931, de Abel Gance). Por más vientos que le sintamos, no percibimos la ventolera apocalíptica de Huracán sobre la isla (1937, de John Ford). Por más agua, no moja como el aguacero clásico de Las lluvias de Ranchipur (1955, de Jean Negulesco). Por más llamas, no logra la tensión quemante de Infierno en la torre (1974, de Irwin Allen y John Guillermin).
Así podríamos seguir, ni siquiera creo que Emmerich se supere a sí mismo con respecto a su Godzilla (1998). 2012 es como montarse en una montaña rusa, cabeza arriba, cabeza abajo, lo que sea, y volver a quedar en el comienzo, porque lo peor es que –al final– ¡ni siquiera se termina el mundo!
El resto son distintas historias sin consistencia dramática, mal hilvanadas entre sí, con personajes sin densidad, música y bulla atronadoras, un buen trabajo en la sala de montaje, fotografía cuidada y todo el filme al servicio de los efectos por computadora, tan excesivos que les es evidente la truculencia, amén de repetirse.
Aquí las actuaciones no son importantes; sin embargo, Amanda Peet sobresale con su trabajo y no solo por sus bellos ojos. En fin, se trata de una “peli” grandota en su aspecto físico, tan corpulenta como vacía y tontamente religiosa, sí, que me mete sentimientos de culpa por haberla disfrutado.

Antonio Chamu dijo...

Exelente crítica don W, me rie mucho con su sarcasmo inteligente.

Anónimo dijo...

Don Antonio Chamu:
No felicite a los críticos porque luego nadie se los aguanta y se creen dueños de verdades absolutas, mejor téngalos ahí, a una distancia amigable. Más bien, don Antonio Chamu, jáleme a la cagadita vampiresa de Kagosita, pa llevarla al cine un día, pero que no esté el crítico ese que usted alaba, porque debe estar hecho un huevo pa el desayuno, pero de McDonalds, con sus felicitaciones.

Anónimo dijo...

Faltan nenas,damas,chavalas, faltan mujeres en este blog, solo maes... agüeva.

Pablo Martinez dijo...

Dudo poderosamente ir a ver esta película, que pinta para ser un nuevo bodrio en el convoy de Emmerich... un verdadero paranoico del apocalípsis.

Ni bien pueda me aburriré con ella.

Saludos!

Pablo Vargas dijo...

Yo sigo diciendo que quiero ir a verla sabiendo que es mala, porque me encantan este tipo de peliculas, sobre todas las de Emmerich, ya que aunque son trilladas, resalta siempre el espiritu de lucha del ser humano ante las fatalidades...

Saludos!!

pd. Don William, con todo el respeto, deberia pensar un poquito más las cosas cuando escribe su critica, ese spoiler del final de la pelicula merece una bajada de sueldo...

wílliam venegas segura dijo...

Al contrario, don Vargas, me merezco una paga de los blogueros chamusqueados: para que vayan al cine a disfrutar de los efectos visuales y no ansiosos por una trama destramada. Pensé si lo escribía o no, y decidí hacerlo porque es interesante el punto. Por lo demás, si el español tiene palabras tan bonitas: ¿por qué insistimos en usar palabras del inglés?, "spoiler", hasta suena cursi.