Esta es una intrigante película de espías en tiempos de guerra, dirigida por Paul Verhoeven quien demuestra una narrativa sofisticada y austera sin intentar ser pretencioso a la hora de traducir esta historia a lo visual.
Podría decir que la dinámica de lo formal es atendida con bastante cuidado por la duración del metraje, son casi tres horas, esto es importante pues un director poco experto jamás hubiese dado con la talla, las intrigas y los giros son continuos por lo que decir que como película posee una telaraña dramática seria arto apropiado, telaraña, pero no enredada, es compleja pero se disfruta mucho.
La historia es laberíntica, se desarrolla al final de la segunda guerra mundial y muestra la resistencia de un grupo de personas para desarticular desde el interior la maquinaria nazi, algunos luchan por la causa filosófica, otros por razones políticas y otros simplemente estaban en un mal momento cuando todo se dio.
Todos los actores dan una fortaleza extra a la credibilidad de los acontecimientos dándonos tonalidades de los diversos aspectos humanos dentro del contexto de la guerra. Hasta el infierno tiene héroes, y esta cinta muestra los suyos en ambos bandos.
La interpretación de Carice van Houten es hermosa, creíble y con bastante sensibilidad, su papel era de una mujer de mentalidad actual en esos tiempos, me gustó la crudeza con que asume ciertas decisiones por el bien de la causa y hasta los extremos que llega para poder cumplir con sus objetivos. La sensualidad de su personaje es digna de destacar.
Admito que le encontré algunos errorcitos de lógica narrativa, pero solo para ojos bastante entrenados y que se perdonan por el peso de la historia y de sus giros. Este largometraje encierra más que la sumatoria de todas sus partes, en los filosófico, en la denuncia, en la historia, en el mensaje, es una cinta que recomiendo mil para verla con ojo desnudo y gustará pues posee de todo un poco para los exigentes y para aquellos que desean disfrutar un rato ameno.
Le pongo 2 Chompipes, es compleja de ver, todos los detalles están amarrados con todo, inicio y fin, no pierdan el hilo conductor.
Podría decir que la dinámica de lo formal es atendida con bastante cuidado por la duración del metraje, son casi tres horas, esto es importante pues un director poco experto jamás hubiese dado con la talla, las intrigas y los giros son continuos por lo que decir que como película posee una telaraña dramática seria arto apropiado, telaraña, pero no enredada, es compleja pero se disfruta mucho.
La historia es laberíntica, se desarrolla al final de la segunda guerra mundial y muestra la resistencia de un grupo de personas para desarticular desde el interior la maquinaria nazi, algunos luchan por la causa filosófica, otros por razones políticas y otros simplemente estaban en un mal momento cuando todo se dio.
Todos los actores dan una fortaleza extra a la credibilidad de los acontecimientos dándonos tonalidades de los diversos aspectos humanos dentro del contexto de la guerra. Hasta el infierno tiene héroes, y esta cinta muestra los suyos en ambos bandos.
La interpretación de Carice van Houten es hermosa, creíble y con bastante sensibilidad, su papel era de una mujer de mentalidad actual en esos tiempos, me gustó la crudeza con que asume ciertas decisiones por el bien de la causa y hasta los extremos que llega para poder cumplir con sus objetivos. La sensualidad de su personaje es digna de destacar.
Admito que le encontré algunos errorcitos de lógica narrativa, pero solo para ojos bastante entrenados y que se perdonan por el peso de la historia y de sus giros. Este largometraje encierra más que la sumatoria de todas sus partes, en los filosófico, en la denuncia, en la historia, en el mensaje, es una cinta que recomiendo mil para verla con ojo desnudo y gustará pues posee de todo un poco para los exigentes y para aquellos que desean disfrutar un rato ameno.
Le pongo 2 Chompipes, es compleja de ver, todos los detalles están amarrados con todo, inicio y fin, no pierdan el hilo conductor.
1 comentario:
El recurso narrativo de la retrospección en cine ( flash-back ) es riesgoso, en cuanto que da a conocer la suerte del personaje desde el principio y puede agotar el sentido de lo “enigmático” que debe haber en la trama de toda película.
Sin embargo, en la cinta holandesa La lista negra (2006), coescrita y dirigida por Paul Verhoeven, tal recurso funciona muy bien, a sabiendas de que se trata de un largometraje basado en hechos reales. Más bien, el filme logra mayor sensibilidad de parte de uno, como espectador, ante un relato duro como redoble de tambor.
Su tema es la guerra, mostrada tal y como es: expresión colectiva de los instintos agresores del ser humano ( tánatos ) , de la incapacidad ética presente en conflictos bélicos, donde los patriotas pasan a ser llamados “terroristas” y los invasores son mesiánicos.
Se describe la invasión hitleriana a Holanda durante la Segunda Guerra Mundial y el papel de la Resistencia, enfrentada a los nazis a la vez que ayuda a los judíos (esta situación genera contradicciones no solo dentro de los grupos de la Resistencia, sino también en los alemanes, aspecto que el filme desarrolla de manera polémica).
Todas esas circunstancias pasan por la mirada, carácter, sentimientos, amores, sufrimientos, alegrías, valentía y condición de una mujer. Ella está encarnada con pasión y plenitud por la buena actriz Carice van Houten (¡extraordinaria, de verdad!).
Lo que queda es sentir de nuevo al director Paul Verhoeven como los buenos, al narrar una historia de sutilezas humanas de manera coherente con la constante emoción que genera el relato, entre el espionaje, el romance y lo bélico.
Música y fotografía fortalecen las virtudes de La lista negra , mientras el montaje es su eje organizador: la película es mucho más que la suma de sus partes y se convierte en estudio fenomenológico, a la vez que informa –al margen– de los hechos históricos. Buen filme. No se lo pierdan.
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