Si se toma un poco de estiércol y se arroja a un lienzo, las manchas generadas muchos las llamarían “arte”, pero no deja de ser porquería embarrada sobre tela.
De igual forma, puedes tomar un gran presupuesto, malos actores, una historia de terror ochentera rumeada y un equipo de filmación en 3D lo metes todo en una batidora, le pones bastante sirope rojo, como aderezo, y obtendrás una comedia pésima; si, comedia pues miedo no da. Si se ve en el cine oirás más risas de las personas a tu alrededor que sobresaltos.
La historia inicia diez años antes, con una serie de trágicos acontecimientos que cambian la vida de todo un pueblo, en especial a un grupo de jóvenes que estaban en un mal momento en un mal lugar, algunos hasta pierden uno que otro tornillo.
El esfuerzo sobrehumano para generar una cinta tan mala es de aplaudir, el director Patrick Lussier debería pensar seriamente en cambiar su nombre por el de Alan Smithee en los créditos finales, igual que el estiércol sobre el lienzo, este largometraje ya está entre las denominadas “cintas de culto”, lo cual es bastante peculiar.
La historia es predecible, a los primeros cinco minutos ya sabemos quien es el asesino, es lineal y rígida como viejillo con Viagra, ciertos desnudos innecesarios para alimentar el morbo. Los elementos en 3D están bien, algunos más agradables que otros, pero la mayoría en vez de generar una sensación determinada de terror, producen risa.
El final es pésimo, poco creíble y sacado de la manga.
En defensa de la película, tiene una hermosa música, bien estructurada; los movimientos de cámara son sutiles, esto último debido al hecho de que las cámaras 3D no son cámara de mano sino que son electrónicas y montadas sobre dollys mecánicos.
Le pongo 4 Chompipes. Si la ven, háganlo con el cine lleno, para que rían aun más.
De igual forma, puedes tomar un gran presupuesto, malos actores, una historia de terror ochentera rumeada y un equipo de filmación en 3D lo metes todo en una batidora, le pones bastante sirope rojo, como aderezo, y obtendrás una comedia pésima; si, comedia pues miedo no da. Si se ve en el cine oirás más risas de las personas a tu alrededor que sobresaltos.
La historia inicia diez años antes, con una serie de trágicos acontecimientos que cambian la vida de todo un pueblo, en especial a un grupo de jóvenes que estaban en un mal momento en un mal lugar, algunos hasta pierden uno que otro tornillo.
El esfuerzo sobrehumano para generar una cinta tan mala es de aplaudir, el director Patrick Lussier debería pensar seriamente en cambiar su nombre por el de Alan Smithee en los créditos finales, igual que el estiércol sobre el lienzo, este largometraje ya está entre las denominadas “cintas de culto”, lo cual es bastante peculiar.
La historia es predecible, a los primeros cinco minutos ya sabemos quien es el asesino, es lineal y rígida como viejillo con Viagra, ciertos desnudos innecesarios para alimentar el morbo. Los elementos en 3D están bien, algunos más agradables que otros, pero la mayoría en vez de generar una sensación determinada de terror, producen risa.
El final es pésimo, poco creíble y sacado de la manga.
En defensa de la película, tiene una hermosa música, bien estructurada; los movimientos de cámara son sutiles, esto último debido al hecho de que las cámaras 3D no son cámara de mano sino que son electrónicas y montadas sobre dollys mecánicos.
Le pongo 4 Chompipes. Si la ven, háganlo con el cine lleno, para que rían aun más.
1 comentario:
No la he visto, y creo que voy a pasar olimpicamente de esta pelicula. Tuanis por el sacrificio de ir a verla y ahorrarnos el coleron jaja
PD: Mano aprendi algo nuevo, no sabia el significado de Alan Smithee... Gracias por el dato!
Feliz semana!
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