Cine semiótico a granel, profundo y didáctico que nos sumerge en un mar lleno de realidades paralelas, la búsqueda del significado de la vida al borde del abismo.
Es una película literalmente sofocante desde la perspectiva de su protagonista, quién por medio de la metáfora de la escafandra nos da su nueva óptica de la vida y el mundo, esa filosofía abrazada tras el dulce beso de la muerte cercana, triste y nostálgica pero realista hasta la medula del nervio. Nos hace meditar sobre los sinsabores de este mundo materialista y de cómo sus placeres no se comparan con la simpleza de las cosas cotidianas, aquellas que dejamos delado por el menosprecio que usualmente damos a esos detalles; hijos, familia, una agradable conversación, el amor de la pareja. Son cosas que nos nutren pero que pensamos que no nos llenan.
Es una pequeña obra de arte que pasa desapercibida como esos grafitis urbanos a los cuales restamos importancia en todo momento, sin mayor cosa que lo que otros nos pueden expresar de él y siempre nos dan una lección de vida sin ponerle cuidado y sin proponerlo directamente.
Cine para pensar y para pensadores, no es para cualquiera, los implantes neuronales son necesarios para apreciar esta caja de sorpresas. Llorar y amar esta cinta por su valor estético y simbólico es su cualidad intrínseca.
La vida como un suspiro, rápida, inesperada y breve. Es maravillosa, fuerte, pero sensible, lágrimas gratis no tiene, solo fé en el ser humano y gran amor por lo que somos, seres llenos de amor pero que no sabemos como expresarlo realmente solo hasta que nos encaramos directamente con la Parca.
Le pongo 1 Chompipe, su estética es cruda pero sensible, hermosa, con imágenes surrealistas delirantes, un sueño que llamamos vida en espera de la muerte que nos extinguirá para siempre. La recomiendo mil si eres filósofo o simplemente un pensador libre.
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6 comentarios:
wvenegas@nacion.com
La primera mitad de la película francesa La escafandra y la mariposa (2007), dirigida por Julian Schnabel es simplemente maravillosa como arte, extraordinaria como cine y singular en su percepción humana. Es apabullante. Es filme obligatorio para quienes aman el sétimo arte.
La afirmación anterior no quiere decir, para nada, que la segunda mitad de dicha cinta sea mala. En todo momento estamos ante una excelente película, pero es que ¡esa primera parte es obra maestra!, con una cámara subjetiva que sale del personaje principal hacia el exterior, desde la propia intimidad de su pensamiento.
Si conocemos la trama, basada en hechos reales, esta nos ayuda a entender el asunto. En 1985, Jean-Dominique Bauby, jefe de redacción de la revista francesa Elle, sufrió una embolia masiva. Después de pasar 20 días en coma, se dijo que era víctima del locked-in syndrome (encerrado en sí mismo, como en una escafandra), por eso queda totalmente paralizado.
Sin poder moverse, comer, hablar ni respirar sin asistencia médica, Jean-Dominique es prisionero de su propio cuerpo y solo es capaz de comunicarse con el exterior mediante el parpadeo de su ojo izquierdo. Con este único voto, Bauby crea un mundo a partir de su imaginación y de su memoria, amén de que “escribe” su autobiografía, titulada La escafandra y la mariposa.
De ese estado comatoso surgen las imágenes (cámara subjetiva, lo dijimos antes) para dar una ansiosa representación de lo claustrofóbico, estudio vitalista sobre el fenómeno de lo humano, sobre la sensibilidad, la solidaridad y el afán poético en las más difíciles condiciones. Con estos últimos aspectos se alarga la película y lo hace con el talento plástico de su director Julian Schnabel, quien –además de cineasta– es pintor.
La formación neoexpresionista del neoyorquino Schnabel se siente a cada momento, reforzada por la gran fotografía de Janusz Kaminski y no tanto por la música de Paul Cantelon. Si usted busca buen cine, no se pierda este filme por ninguna razón.
Don W. disculpe por arruinarle el final de esta película, pues como hablaste tan seguro de la cinta pensé que ya la habia visto, jejejeeje.
Demasiado detalle para no tener idea de como es que era... Esperemos que el crítico no estubiera prejuiciado de ante mano...
Por cierto, me gustó su crítica
Lo mejor de esta película es su fotografía, no en balde Julian Schnabel, su director, es primero pintor.
Ciertamente, también, lo mejor se reserva para el principio, con el juego sofocante de imágenes.
Sin embargo, creo que hasta ahí llega su juego, pues se agota rápidamente, y lo que podría ser metáfora filosófica, termina reducida a los lugares comunes del cine francés.
El cine francés, desde los años noventas, se ha tornado sumamente aburrido para mí, falto de garra, de energía o de fuerza. Es evidente que su tradición le permite ciertas sutilezas y elementos bien logrados, pero se queda en el regodeo y no profundiza. Tanto en sus dramas como en sus comedias.
Lo mejor de Europa desde esa época ha vendio de Dinamarca, Holanda, Finlandia, Inglaterra, Rusia, España o Bélgica. Pensemos solamente en la fabulosa "Carácter", por ejemplo.
Saludos.
Es excelente esta película. De las mejores del 2007.
Saludo.
Es excelente esta película. De las mejores del 2007.
Saludo.
William, yo creo que la primera parte es muy buena pero que sería dificil, sino imposible, que se mantuviera este tratamiento por el resto de la cinta. ¡Es que es realmente pesada! Por cierto, ¿y su blog? Hace falta...
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