Esta película es como una rubia voluptuosa en un bar: atractiva y seductora, con un cuerpo por delante que la respalda en presencia, Milos Foreman, pero a la hora de hablar, nos damos cuenta que la cosa no esta muy bien que digamos.
“Que pueda articular palabras no indica que piense”.
La premisa es interesante y al igual que los giros narrativos.
Las circunstancias históricas son cuestionables pero se sostiene. El problema que le sentí es que intentaron abarcar mucho pero se quedaron cortos.
Me gustó como al sacerdote Lorenzo, papel muy bien interpretado por Javier Barden, se ve sometido a su misma medicina con “la pregunta”, un método cruel usado por la inquisición española, me pareció genial.
La narración, fue algo torpe a ratos.
El personaje de Goya, muy bien interpretado por el actor Stellan Skarsgård, es una excusa, la película lleva como título el nombre de este gran pintor español, pero su presencia es etérea, él solo era un “reportero de guerra” que a través de sus pinturas mostraban la realidad de lo que se vivía su época, como el común de la gente sentía su mundo. Si hubieran existido cámaras, sus fotos no distarían mucho de lo que dibujaba.
Ese fantasma que él plasmaba en papel eran las pasiones humanas.
La metáfora de sus obras, y la mirada de sus ojos nos ayudan a develar el sufrimiento que se vivió en esas épocas de inicios del renacimiento.
La crítica de la película va más allá de la denuncia, va hacia nosotros mismos como seres irracionales, y sobre como hacemos caso omiso a lo que se da en estos tiempos de guerra, nos hace cuestionar si lo que se dio hace tantos años esta pasando en la actualidad en ciertas cárceles del mundo, más, en esta edad de terrorismo y buscar culpables solo para tener a alguien a quien señalar.
No es de las mejores películas de Milos Foreman, pero si tiene cierto cuerpo que a uno le deja un sentir de que vio algo con un mensaje, exactamente cual, depende de usted. Pero como “rubia” que es esta película, se va muchas veces por las ramas y no nos interesa mas que su cuerpo sin analizar que contenido podía mostrar.
Le pongo 2 Chompipes, la narración me pareció tumultuosa, pero se deja ver. Es una película para pensar, pensar y pensar. Solo quitemos las sotanas y pongamos cascos y a España y ponemos Irak, y puede que nos salga algún fantasma de Goya que si nos aterrorice, en esta interesante cinta.
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1 comentario:
yo quiero ir a verla, digas lo q digas!!!!
me llama mucho la atencion...
al igual q esas rubias llaman la atencion, quiza solo para terminar fumandose un cigarro y esperando el momento para irse!!!!
pero igual la quiero ver!
=)
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