Magistral cinta de animación por computador. Con una historia profunda y de análisis por encima de su propuesta.
La estética particular le da un valor agregado produciendo mil delicias a la vista. Atrevida y sobradamente encantadora. Un festín visual que sustenta desde lo formal.
La cinta 9 es un viaje al descubrimiento de aquel viejo miedo primitivo del dominio de la máquina sin conciencia, fría y malvada. Es el dilema de lo que subyace dentro de cada individuo haciéndolo único, la pregunta sobre el alma y sobre la vida se puede encontrar en cada esquina.
El planteamiento de 9 es casi filosófico, pasando momentos profundos sobre la condición de la vida y la muerte, retándonos con dilemas de Hipócrates y Descartes, por un lado sobre los humores que nos forman y por el otro el cuestión del autómata viviente.
Es toda una joya y un seguro clásico dentro de su género. Me impresionó y a la vez fascinó.
La simpleza de los personajes en contraste de la estética retorcida de su entorno es un choque hermoso pero que nos ayuda a pensar, nos reta la imaginación y el discurso sobre aquello por lo que vale la pena vivir y luchar es invaluable.
Es muy puntual, directa y precisa, algo que se denota en su duración pues no gasta en decir más de lo que no debe, eso me agradó.
Bella, la recomiendo mil. Creo que es la mejor cinta de animación que he visto en el año.
Le pongo la calificación más alta: 0 Chompipes. Invaluable, aunque, advierto que esta cinta traumará a millones de niños en los años por venir, véanla, y entenderán a lo que me refiero.
La estética particular le da un valor agregado produciendo mil delicias a la vista. Atrevida y sobradamente encantadora. Un festín visual que sustenta desde lo formal.
La cinta 9 es un viaje al descubrimiento de aquel viejo miedo primitivo del dominio de la máquina sin conciencia, fría y malvada. Es el dilema de lo que subyace dentro de cada individuo haciéndolo único, la pregunta sobre el alma y sobre la vida se puede encontrar en cada esquina.
El planteamiento de 9 es casi filosófico, pasando momentos profundos sobre la condición de la vida y la muerte, retándonos con dilemas de Hipócrates y Descartes, por un lado sobre los humores que nos forman y por el otro el cuestión del autómata viviente.
Es toda una joya y un seguro clásico dentro de su género. Me impresionó y a la vez fascinó.
La simpleza de los personajes en contraste de la estética retorcida de su entorno es un choque hermoso pero que nos ayuda a pensar, nos reta la imaginación y el discurso sobre aquello por lo que vale la pena vivir y luchar es invaluable.
Es muy puntual, directa y precisa, algo que se denota en su duración pues no gasta en decir más de lo que no debe, eso me agradó.
Bella, la recomiendo mil. Creo que es la mejor cinta de animación que he visto en el año.
Le pongo la calificación más alta: 0 Chompipes. Invaluable, aunque, advierto que esta cinta traumará a millones de niños en los años por venir, véanla, y entenderán a lo que me refiero.
Acá el corto animado, ganador del premio Oscar que originó todo.
6 comentarios:
No coincidimos en el análisis, justamente porque lo encaramos por lados distintos. Me alegra que te haya gustado la película.
A mí me pareció con muchos baches argumentales y demasiado intento de exhibir los efectos especiales con acción desmedida. Si querés, pasate a leer mi crítica de esta peli en mi blog.
Saludos Antonio! Buen artículo!
PM
La presencia de la película Nueve: 9 (2009), dirigida por Shane Acker, nos sacude la mirada, literalmente. Nos revienta los ojos en exclamaciones de admiración, tal la elegancia, la belleza y la magnificencia evidentes en la puesta en imágenes, desde el principio mismo.
Desde el arranque del filme, el misterio se abre ante nosotros mientras vemos elementos de sastrería que hilvanan la hechura de un muñeco de trapo o algo semejante. Este comienzo es mágico. Luego se nos abren expectativas (función nudo) en las imágenes, o sea, la posibilidad de que estaremos ante un filme de gran calado visual y de muy fina pátina.
Ya teníamos suficientes esperanzas y confianzas, porque este largometraje lo dirige Shane Acker a partir de un corto suyo, que estuvo coqueteando con el Óscar. Se le conoce con el título de 9 Nine Shane Acker Short Animation (2006). El propio Acker se empeñó en hacer de él un largometraje. Para ello, consiguió la ayuda de Tim Burton y de Timur Bekmambetov, quienes se convirtieron en coproductores del filme.
Sirva lo dicho para señalar el carácter oportunista y engañoso de la publicidad (por más que algunos la defiendan). A la propaganda de la película se le hacen evidentes las espinas cuando afirma –por doquier– que es “la nueva obra de Tim Burton”. No es cierto.
Nos toca defender el concepto de autoría y hacerlo en el nombre del director. Incluso, en este caso, el guion ha sido escrito por Pamela Pettler, quien se ha basado en un argumento del mismísimo Shane Acker. ¿Entonces? Es bueno bajar las vírgenes de los altares y no tenerlas donde la publicidad quiere, que cada loma tiene su coyote: el filme es de Shane Acker.
Pues bien, lo que tenemos con Nueve: 9 es una aventura posterior al final apocalíptico de la humanidad, solo que aquí no hay ángeles ni trompetas y no hay a quien rendirle cuentas de nada. Simplemente la humanidad se ha destruido a sí mismo con la creación de máquinas bélicas de alta tecnología.
Es evidente el contenido insinuante del filme (algunos lo sienten pesimista). Nos advierte que si la humanidad no termina con las guerras, las guerras acabarán con la humanidad. Es la moraleja de la fábula. El mecanismo destructivo –según la trama– es la indiscriminada creación de máquinas para la guerra.
Hay un momento en que los hombres se combaten, pero las máquinas aprenden a unirse y destruyen el mundo: la especie humana es aniquilada totalmente. Cuando un científico huele el futuro mejor que un gato huele la carne, crea nueve muñecos de trapo para enfrentarse a las máquinas gigantes y preservar el futuro, pero sin humanos.
Ese giro del argumento resulta forzado: ¿por qué muñecos de trapos? También es forzada la manera en que se les da vida a esas figurillas, llamadas según el número que llevan en la espalda (del 1 al 9). Estas (in)decisiones narrativas se convierten en vacíos argumentales (lastimosamente).
En definitiva, estamos ante una obra maestra en su puesta escénica, detalle a detalle es una obra eximia, pero entre mejor es su puesta en imágenes, más se le notan los hilos rotos o los botones sueltos al relato. La trama pierde solidez por momentos y el ritmo se sostiene sobre los personajes (con la precisa ayuda de la buena música).
Muy simple: ¿de dónde telas si no hay arañas? Es así como el filme cojea, aunque logra mantener su notable interés con otros elementos del texto, como algunas reflexiones meritorias e interesantes diálogos sobre el valor, la solidaridad y la amistad. Eso sí, no hay manera de dejar de asombrarse por cada signo visual, encuadre a encuadre, plano a plano y secuencia a secuencia. De aquí nuestra entusiasta recomendación.
En unas semanas pasamos del Apocalipsis maya sobrecargado de efectos computacionales en “2012” al Post-Apocalipsis animado de “Nine”, ambas con un mensaje reflexivo sobre el futuro de la especie humana, en la segunda a pesar de ser animada sí dejamos de existir.
En la primera la trama es incoherente y por que no decirlo estúpida, en la segunda lastimosamente no es aprovechada su trama que se cae conforme transcurre la película al igual que los frágiles muñecos mecánicos de sacos de gangoche que prevalecen en una Tierra inhóspita y triste.
La temática es buena y original, retoma ciertamente las leyes de la robótica del visionario escritor Isaac Asimov: “Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño”. La trama de la película carece de fuerza para impactar al espectador. Se vuelve reiterativa la búsqueda de las máquinas destructivas hacia los seres rellenos de alma compartida que tratan de buscar su misión en una nueva Tierra sin humanos.
Como comentario fuera de este film (pues no se merece tanto repudio), nos han bombardeado tanto con el tema del fin del mundo, que sea cual sea la historia nos parece repetitiva e insulsa, a ver: “El día después del mañana”, “El día en que la Tierra se detuvo”, Impacto profundo”, “2012”, “Armagedon”, “Soy leyenda” y otras cuantas películas, todas con diferentes hecatombes apocalípticas como meteoritos en dirección a la Tierra, un virus terrible, el calentamiento global y sus facturas, una erupción solar, la contaminación, la violación de las leyes de Asimov y otras que acaban con la mayoría de la población mundial: donde siempre hay sobrevivientes, siempre existe la esperanza y prevalece el espíritu humano, afortunadamente. Con mensaje todas pero sin fuerza cinematográfica, todas éstas apoyadas en solamente efectos especiales creados por buenos animadores computacionales, colegas de la animación de sobrada imaginación y calidad
Tengo cierta esperanza hablando de todo un poco en las películas animadas después de “UP” la cual merecidamente abrió el Festival de Cannes de este año. Esta producción animada de los muñequitos de Tim Burton es original pero retrocede y hasta parece ingenua, no transmite emociones y nos deja tal cual antes de empezar a verla como una historia rancia y sin ingenio cuando es relatada por un mal cuenta cuentos.
A mi me gustó, me estresé y casi lloro con los personajes, lo visual excelente se veía.
La historia y el final: diferentes.
Manya
habrá que verla entonces
chévere con el dato
Esta sola!
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