Los reyes de la calles es una opera majestuosa sobre la corrupción. Un compendio sobre el manejo de las influencias y los silencios entre las hermandades de los servidores públicos en estas subculturas policiales. El crimen donde no hay crimen y la lucha de poder donde todos quieren un pedazo para su propio uso.
La historia te atrapa de principio a fin, llena de elementos, todos podridos, cuando pensamos que entramos en el mas hediondo de los basureros de la corrupción, hay otro aun más mal oliente.
Me parece una muy buena película en su género, con actuaciones brillantes por parte de la mayoría de los actores.
El guión, aunque un poco exagerado, es necesario para criticar y señalar las fallas dentro de un sistema que pensamos pulcro.
No me gustó el manejo que se le dan a los latinos y negros, todos actores que hacen de los villanos, y los caucásicos son los “héroes”, mas, si obviamos eso, la película es impresionante y hasta aterradora en la forma en que retrata los fallos del sistema.
La actuación de Forest Whitaker esta por encima de todos, seguida muy de cerca por la del actor Hugh Laurie quien tiene un futuro muy asegurado.
La recomiendo mucho, en estos tiempos, mirarla con amigos y salir a comentarla que mucho de lo que pasa ahí no se aleja demasiado de nuestra realidad.
Le pongo 1 Chompipes, como dije, no me gustó la imagen sesgada que presentan de las minorías.
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2 comentarios:
Hay películas que se parecen tanto a sí mismas en sus escenas e imágenes que terminan por ser absolutamente previsibles, no solo visualmente, sino también en el desarrollo de sus relatos. Es el caso del filme que hoy nos ocupa, titulado Reyes de la calle (2008), dirigido por David Ayer, quien, antes de entrar al cine, estuvo a cargo del sonar de un submarino nuclear durante la Guerra Fría.
También hay cintas que enredan sus tramas al punto que parecen complejas y solamente son complicadas. Luego no saben manejar su propio embrollo y lo resuelven de manera poco sesuda: ponen a un personaje, en equis circunstancia, a explicar todo lo acontecido antes.
Así no se vale en un buen policial, y es lo que sucede con Reyes de la calle , o sea, no es un relato de los mejores y, más bien, su trama es predecible a lo máximo. Al respecto, nos parece formidable la aseveración diseñada por el crítico Desson Thomson, en el Washington Post , y por eso la transcribimos: “Prevemos toda la trama mucho antes que los personajes, y eso nos empuja fuera de la película, de vuelta a nuestra butaca, o sea, al último lugar en el que queremos estar”; está clarísimo.
Lo anterior no quita el valor expresivo de la fotografía de Gabriel Beristain, sobre todo para mostrar el ambiente de violencia allí donde se pavonea la corrupción, porque el poder genera podredumbre. Esta es tesis bien aquilatada por el filme y expuesta con alguna valentía, incluso con pesimismo en los resultados finales, donde no se vislumbra esperanza alguna.
La música de Graeme Revell subraya bien esa propuesta con la tensión del pentagrama. A esos dos méritos se les suman las buenas actuaciones, puestas por encima del déficit estructural del relato, con actores plenos de matices según las convenciones de cada secuencia, son: Keannu Reeves, Forest Whitaker, Chris Evans y Hugh Laurie.
Filme duro como redoble de tambor, que no llega a más por su ausencia de sabiduría dramática; película interesante, pero lenta; puede verse y ser aceptada sin olvidar los reparos planteados en esta crítica.
Bueno con ese titulo a mi no me despertaba ni un pelo de ganas de verla!!! pero ahora puede ser q me den ganitas! jaja
veré cual domingo de estos llueve lo suficiente para no salir de la cama, y verla!
me parece haber visto un lindo gatito? William???????
Wow!!!!
Saludos Chamu...
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